James y Will O’Connor eran los hijos del capo mafioso Marcus O’Connor, el líder criminal de Rune City (planeta Gaia). Sus actividades criminales habían sumido la ciudad en la decadencia y la corrupción.
Fue entonces cuando la orden de Fudén y los Lin Gui decidieron que ya era hora de combatir su sindicato criminal.
Durante la batalla final contra los Mad Rangers (la organización liderada por Marcus), los Lin Gui asesinaron al capo mafioso. Su muerte liberó la ciudad de la tiranía y la corrupción, pero también dejó a dos niños de apenas ocho años huérfanos.
John Lee, Gran Maestro de los Lin Gui, pidió ayuda al Gran Maestro Sing Li Zeion, de Fudén. Sing Li acogió a los hijos de Marcus en el seno de la Orden y los educó como a sus propios hijos. Los niños, rebeldes en un principio, terminaron por encajar a la perfección e incluso llegaron a adoptar el apellido Zeion.
Ambos hermanos entrenaron duramente en el Templo de Fudén. Aprendieron las disciplinas de Baji Quan, Shokiiken Ryu y Shotokan. William se convirtió en un estudiante modelo, admirado por compañeros y profesores por igual. Pronto destacó lo suficiente para ganarse el derecho a portar el título de «Tigre de Roca», debido a su fiereza al golpear y a su dureza a la hora de defender.
Su hermano Jimmy, como prefiere que le llamen, demostró cualidades innatas en combate. Su habilidad eclipsó rápidamente al resto de estudiantes. Pronto estaría listo para participar en misiones en solitario. Con el título de «Dragón Llameante» ganado por derecho propio, debido a la pasión que ponía en el combate, sus resultados en sus misiones fueron excelentes. Sin embargo, a la vez que crecía su habilidad también lo hacía su arrogancia.
Jimmy era todo lo que nadie esperaba de un monje guerrero de Fudén: arrogante, indisciplinado, borracho y mujeriego. Estas cualidades hicieron que muchos lo considerasen indigno de la Orden, pero el Gran Maestro Sing nunca perdió la fe en él.
Durante ese tiempo, no tardaría en surgir una nueva amenaza. Los adoradores de un dios pagano conspiraron para devolverle la vida y someter todo el planeta bajo su yugo.
Entonces, William y Jimmy recibieron la que sería su última misión juntos. En su último combate, Jimmy se sacrificó para matar al dios demonio. Este acto le hizo ganarse el derecho de viajar al Valgard. En este lugar su alma dormiría durante trescientos años, haciendo realidad la leyenda del Alma de Dragón. Transcurrido ese tiempo, el alma de Jimmy resucitaría en el planeta Dracorum. Una vez allí se unió a la del príncipe Kirah. Este fue el primer paso necesario para nacimiento del siguiente Dragon Nindenn-Ka-Yh.