Dracorumtales
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EL LAMENTO DE XEEV

Largo tiempo ha pasado desde que el Rey Dragón conociera al asesino más letal de todos los tiempos. Por aquel entonces, el joven príncipe contaba con tan solo 9 inviernos. Pese a ello, ya se encontraba al mando del ejército que lideró la rebelión contra el emperador Hazulem; un ejército que heredó tras la muerte de su padre.

El legendario asesino, que ya gozaba de una una dilatada reputación a sus 17 años, fue enviado por el Consejo de los Nueve a velar por la seguridad del heredero de los Dragones Ardientes. Tal era la redención que los sabios le impusieron para expiar su pecado de nacimiento.

Xeevetta sintió enseguida que su protegido no era un niño corriente. Poco a poco, ambos empezaron a confiar el uno en el otro. El asesino sintió, por primera vez en su vida, que podía llamar a alguien «amigo».

Tras la guerra, Kirah desapareció durante 7 largos años. En todo ese tiempo, Xeev no paró de buscar a su amigo, llegando incluso a infiltrarse en el ejército de Excoya. Conocedor de la obsesión de esta por el príncipe heredero, pensó que fingiendo estar al servicio de la bruja tendría los recursos necesarios para dar con él antes que ella.

Excoya no era ajena a las intenciones de su asesino de élite, por lo que orquestó la macabra jugada que llevaría a ambos a reunirse, con las consecuencias que todo aquello acarreó (Ver <<The Dragon Nindenn-Ka-Yh Reborn>>).

Cuando Xeev fue consciente de los planes de la bruja, se separó momentáneamente del grupo capitaneado por Kirah para enfrentarse en solitario a Excoya. Durante todo ese tiempo, no pasó ni un segundo sin lamentar las consecuencias de sus actos.

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