En Draken existe un bosque tropical nuboso que encierra todo tipo de peligros y trampas. Las amazonas han reclamado esta tierra como suya, por lo que la guardan con un celo digno del mejor perro guardián.
Ningún visitante no deseado ha abandonado jamás el bosque con vida, ya sea por las propias criaturas autóctonas o por las trampas y tácticas de sus anfitrionas. Es por este motivo que las ruinas y secretos que guarda la selva son un completo misterio; y la razón de que muchos aventureros y cazadores de tesoros intenten constantemente adentrarse en el traicionero corazón selvático.
Las amazonas tienen una estructura social muy bien organizada, dejando que las maestras enseñen los diferentes roles de guerrera, cazadora, rastreadora, tejedora (de pieles y redes para caza y pesca), etc.
Todas obedecen a la reina, que se elige en combate a muerte, retando a la actual soberana, o por abdicación de esta, en cuyo caso lo hará presentando una candidata al trono. Un Consejo de Maestras decidirá si acepta o si presenta a otra candidata para luchar por el trono.
Para que una novicia se convierta en maestra debe aventurarse en lo más profundo del Valle del Viento y abrirse camino a la Cima de los Nidos. Allí deberá domar a su propia montura y regresar a la aldea principal orgullosa y triunfal. Es lo que se conoce como “La Ceremonia de la Doma”.
Las amazonas viven en una sociedad matriarcal, que ve a los hombres como seres inferiores. Consideran que el amor verdadero sólo puede darse entre iguales, es decir, entre mujeres. Por ello, de vez en cuando, capturan hombres para procrear como “potros de cría”, pero no será por amor.
Después de que hayan cumplido su función, un consejo decide si los conservan como esclavos, los liberan o los matan. En caso del nacimiento de un bebé varón este correrá el mismo destino que su padre.
Al margen de esta última costumbre, cuando una necesidad imperiosa amenace su reino o la vida de los inocentes (como una guerra a gran escala), se unirán a la lucha.
Tradicionalmente las reinas amazonas siempre han gozado de respeto y buena voluntad por parte de las mujeres de la Casa Real Daroo, razón por la que son algo más permisivas con los hombres del reino.
