Conocidos como la “Primera Jerarquía”, debido a que fueron los primeros demonios que surgieron, estas criaturas parecen meras siluetas oscuras envueltas en llamas negras (de ahí el sobrenombre).
El emperador Hazulem invocó a estas criaturas, provocando la Guerra de las Sombras. Su objetivo era someter todo el planeta bajo su puño de hierro.
Esta especie ancestral proviene del Quinto Plano del Infierno y buscan recuperar el Trono del Averno para su señor. Actualmente, el Trono lo ocupa el soberano supremo del Infierno, Lucifer, al que consideran un extranjero indigno.
Para poder desarrollarse por completo necesitan poseer a criaturas vivas. Sin embargo, este proceso deteriora en extremo el organismo del huésped. Es por este motivo por el que siempre buscan conquistadores o seres extremadamente poderosos como huésped.
Sus científicos capturan especímenes y los llevan a laboratorios secretos con el fin de experimentar nuevas formas de posesión que les garantice la supervivencia de los huéspedes.
Cuando los anfitriones no son lo suficientemente fuertes, mutan. Entonces se transforman en bestias irreconocibles y mueren al cabo de unos días. Cuando esto ocurre, el demonio vuelve a su estado inicial (podría llamarse “larvario”) y debe encontrar otro anfitrión.
Durante la Guerra de las Sombras trabajaron junto a la Bruja Cuervo, quien enviaba a los que se convertirían en la Cábala Oscura para asistir al emperador en su fascinación por el ocultismo. El objetivo real de esta Cábala (“creada” en secreto por el emperador) es culminar el ritual de la resurrección demoníaca.