Desde que el mundo es mundo, ha estado siempre regido por el equilibrio de poder entre la luz y la oscuridad. Cielo e Infierno han controlado ambos lados de la balanza por siempre, regido por las leyes del Alto Consejo Enochiano. De este modo se aseguraba que ningún bando ganase demasiado poder.
Sin embargo, el Averno encontró la manera de romper los tejidos de la realidad y envíar sus legiones al plano terrenal de los mundos, rompiendo las leyes del Equilibrio.
Fue entonces cuando el Cielo eligió a un héroe de leyenda para que fuera su pieza clave en el tablero de esta partida de ajedrez milenaria.
Así surgieron los Dragon Nindenn-Ka-Yh, guerreros divinos enviados por el Cielo cada mil años para combatir a las fuerzas del Infierno.
Un humano es escogido para unir su alma con un descendiente de la sangre divina de los Dragones Ancianos; y de esa unión de almas surge el aspirante, que deberá ganarse el derecho a recibir tal poder.
El Alto Consejo Enochiano gasta una gran cantidad de energía en invocar al Dragon Nindenn-Ka-Yh, por lo que el periodo de aparición entre uno y otro se debe principalmente a que el Cielo debe reponer sus fuerzas antes de invocarlo de nuevo.
Dos de ellos ya han aparecido a lo largo de la historia. Cuenta la leyenda, que la llegada del tercero traerá el Equilibrio.